La inversión en bienes raíces es y ha sido por cientos de años el motor que mueve la economía mundial, no solo por los ingresos que se generan, sino también por todas las actividades colaterales en donde permea el bienestar.
Haciendo un análisis de la manera tradicional en donde se mueve el negocio inmobiliario, observamos que está estructurado para que grandes corporaciones, entidades bancarias e incluso los gobiernos a través de los impuestos, sean los grandes ganadores de este importantísimo negocio.